Articles #novaveu


05/04/2017

Un palmarés repartido

per Novaveu

El pasado 27 de marzo, como colofón del día mundial del teatro, se celebró la gala de entrega de los Premis de la Crítica 2016 organizados por Recomana. Una ceremonia rápida, austera y, en palabras de los presentadores, "sobria" – la barra estuvo cerrada durante la entrega de premios- que transcurrió sin grandes sorpresas y con un palmarés bastante repartido.

Oriol Pla y su cia Tot Terreny amenizaron la entrada al acto con música y varios números previos que culminaron con la entrada a escena de los presentadores. Toni Puntí y Anna Pérez Pagés -los periodistas televisivos más teatreros, él en TV3 y ella en BTV- fueron los encargados de conducir la gala y de aportar las pequeñas pero necesarias dosis de ironía.

Lo que fue llamado por los presentadores como jurado "transgeneracional" – con profesionales del papel y de la pantalla- se concretó en bloques separados–a grandes rasgos, hombres, mujeres y jóvenes- cada uno de los cuales decidió los premios para una categoría: Artes de calle, espectáculos para público infantil y familiar, danza y teatro. Entre otras reivindicaciones, una llamada de Perez Pagés a una mayor presencia de la crítica femenina en teatro, pues solo dos mujeres formaban parte del jurado en dicha categoría.

Las obras del Teatre Lliure fueron de las más reconocidas, con el galardón a mejor espectáculo para Davant la jubilació y el de mejor director para Lluís Pasqual por A teatro con Eduardo. La obra dirigida por Krystian Lupa se llevó dos premios más, uno para el diseño de sonido de Roger Ábalos y el otro para la silenciosa pero fantástica interpretación de Marta Angelat, que resultó vencedora en la categoría de mejor actriz protagonista. Por su lado, la escenografía de Alejandro Andújar ganó en su especialidad por el De Filippo. También el premio a mejor espectáculo familiar fue para el Lliure por Renard o el llibre de les bèsties.

Por su lado, el TNC tuvo sus momentos de gloria por El professor Bernhardi, obra que coronó a Lluís Homar como mejor actor protagonista y a Lluïsa Cunillé como mejor adaptadora. El mejor texto original se lo llevó Pere Riera por Infàmia, espectáculo que también le sirvió para ganar el premio a mejor actriz de reparto a una agradecida Anna Moliner que declaró sentirse muy identificada con el personaje. El texto protagonizado por Emma Vilarasau – quien se quedó con nominación pero sin diploma vencedor- fue uno de los espectáculos por los que la crítica premió a La Villarroel, y esto ya se sabía, como mejor sala por su apuesta por la creación contemporánea nacional e internacional.

La Perla 29 solo ganó dos de los 5 premios a los que optaba. Ninguno de ellos fue para Dansa d’agost, gran triunfadora de los Butaca que optaba a mejor montaje y mejor director. Más suerte tuvieron Quim Blancafort, mejor iluminador por Un obús al cor y Lluís Vilanueva, clarísimo vencedor como actor de reparto por uno de sus mejores papeles en Caïm y Abel.

Otros espectáculos se llevaron doblete aunque fuera en categorías inesperadas. El despertar de la primavera ganó los galardones a elenco revelación y a espectáculo juvenil, por más que el veterano actor Mingo Ràfols reivindicara que ellos lo hacían para todo el mundo. Birdie se llevó los premios a las herramientas digitales y a las nuevas tendencias pese a su voluntad de llevar una etiqueta más normalizada: “Toca empezar el discurso con una broma sobre eso de nuevas tendencias… Se ve que nosotros somos nuevos y vosotros viejos” – ironizaron los Señor Serrano– “Nos gustaría ver que todos los teatros apuestan por la innovación y el riesgo”. También Scaramouche hizo doblete llevándose el premio a mejor vestuario y musical. “Nosotros estamos decepcionados por no habernos llevado el nuevas tendencias o el revelación”, bromeó Joan Lluís Bozzo, director y miembro fundador de la histórica compañía Dagoll Dagom.

Pero el momento más aplaudido fue, como suele pasar, el del premio honorífico Gonzalo Pérez de Olaguer, que este año cayó en manos de la actriz Imma Colomer. Antigua profesora y una de las fundadoras del Lliure, la veterana premiada “por toda su trayectoria” recordó la primera crítica que recibió provocando una carcajada general: “Con la de chicas bien parecidas que hay por la calle, cogen este petardo”, escribieron sobre ella en los años 70. “Mira por donde, este petardo tiene una trayectoria” bromeó. Colomer también reveló que a sus 70 años se encuentra en pleno “prime time”. “A mi guión aún le quedan páginas por escribir”, afirmó.

En la categoría de danza, los corderos.sz y Za! se llevaron el premio a mejor espectáculo de danza por su increíble Afasians –The last conference-, aunque una vez más hubo confusión de categorías: “Nosotros pensábamos que hacíamos teatro”, comentaron. Miquel Fiol por Back Àbac Marina Rodríguez por Kova – Geographic Tools de La Veronal resultaron vencedores en las categorías de mejores bailarines. No fue la compañía catalana pero sí su director Marcos Morau quien ganó el premio a mejor coreografía junto a la Kukai Dantza por el espectáculo OskaraCesc Gelabert, Valere Novarina y Moisès Maicas se llevaron el galardón al mejor solo por Escrit en l’aire. Finalmente, se otorgaron también una serie de premios especiales, de denominación directa y que pasaron bastante desapercibidos, por el espacio escénico – Mongrel -, la música –Escrit en l’aire-, la iluminación –para la empresa Cube.bz, responsable de Afasians-y el vestuario- Gold Dust Rush-. El único premio a las artes de calle fue para Menar, de Joan Català y Roser Tutusaus.

En el apartado internacional, MDLSX  de la compañía Motus y Nicht Schlafen de Alain Platel ganaron respectivamente en las categorías en teatro y danza. Salvador Sunyer, director de Temporada Alta, recogió el galardón en nombre de Platel y anunció que el director belga volverá con otro espectáculo en la próxima edición del festival de otoño.

Puedes leer la fuente original de la crónica aquí.

Alba Cuenca Sánchez