Una mirada irònica sobre la defensa de les llibertats individuals
Una model convertida en una Barbie de carn i ossos, una política que desitja una Amèrica on tots els nens i nenes puguin anar a l’escola amb una pistola a la motxilla, una dona de pell blava a causa d’una descontrolada addicció als derivats químics de la plata, una científica que somia amb la immortalitat i una nena de sis anys a qui li encanta despertar-se cada dia en aquest món meravellós.
Joan Yago, el dramaturg mallorquí vinculat a La Calòrica, ens ofereix un recull de cinc entrevistes fictícies a dones excèntriques que desafien la nostra empatia i que posen al descobert les contradiccions humanes. Qui pot qüestionar la llibertat de ser qui ets?
Entrevistes breus amb dones excepcionals és un espectacle ple d’ironia i sentit de l’humor que arriba al TNC després d’haver-se estrenat a Montréal i a París. Un homenatge a l’entrevista com a gènere amb sis actrius com no les has vist mai.
Entrevistes breus amb dones excepcionals
Sala Petita del TNC
¿Qué sería lo más absurdo que te tendría que decir alguien para que dejes de creerlo? ¿Hay un límite en lo que estás dispuesto a creer? ¿O hay cosas que, simplemente, no tienen sentido? Una modelo y viajera astral que cree en buscar la perfección, una senadora que se declara como fanática de la constitución de los estados unidos, y muchas más que considero que es mejor encontrarse por sorpresa.
Entrevistes breus amb dones excepcionals, dirigida por Mònica Bofill, son, como bien indica el nombre, cinco entrevistas con cinco mujeres ficticias muy variopintas. En esta obra lo absurdo y la radicalización se convierte en la única opción frente a la irracionalidad del mundo.
La construcción de estos particulares personajes es el aspecto más interesante de la obra y del texto, por el dramaturgo Joan Yago. Cada una de las mujeres afirma cosas más descabelladas que la anterior, pero aun así, consiguen atraparte y que entiendas completamente su punto de vista, por más contrario que sea a tus ideales. Las situaciones que vive cada una son increíblemente originales y divertidas, absurdas. Faltaba, tal vez, algo más de dirección en el texto, un hilo conductor entre todas las entrevistas, que acabara de hilarlas y que dejara entrever un poco más la opinión del autor, que, conociendo sus anteriores trabajos, siempre escribe desde un sitio muy comprometido. Igual hubiera sido interesante una escena final en la que se encontraran las cinco mujeres y la entrevistadora, tal vez esta escena podría haber acabado de darle un toque final.
Las seis actrices (Muntsa Alcañiz, Mònica Almirall, Anna Barrachina, Elisabet Casanovas, Miranda Gas, Yolanda Sikara) son increíbles. Cada una consigue reflejar a la perfección la complejidad de los múltiples personajes que representa. Mònica Almirall tiene el papel de la entrevistadora, un personaje que, al fin y al cabo, no padece grandes emociones, solamente se encarga de conducir la obra y escuchar a sus compañeras y considero que lo hace con una gran sensibilidad. Otra de las actrices que me gustaría destacar es Elisabet Casanovas, que consigue interpretar cuatro papeles completamente diferentes, y aportarles una gran particularidad a cada uno.
El espacio de la obra me parece precioso. Un plató de televisión, semejante a un late night show americano, con estética de los 70, con sus tonos esmeralda y ocre, paredes de terciopelo, puertas que se abren de la nada, plataformas, habitaciones que se descubren, diversos niveles, cortinas que se corren, focos de televisión que entran y salen, regidores que mueven la escenografía… Todo esto ayuda a crear perfectamente el ambiente frenético pero casual de estos programas. Es verdad que tendría que decir que me ha dado la sensación de que el texto requiere una puesta en escena algo más íntima, tal vez en un espacio más pequeño, y, aunque era muy vistosa, pienso que esta propuesta tan espectacular no acaba de ajustarse a lo que el texto propone. La primera entrevista se muestra completamente despojada de cualquier efecto, más que un foco y la propia actriz, funciona maravillosamente. Además, hay diversos elementos que entran para utilizarse en un momento y luego no se vuelven a utilizar u otros que son simplemente decoración. Lo mismo sucede con la pantalla del fondo y el video que reproduce al final, que acaban pareciendo algo redundantes. Considero que se podrían haber jugado mucho más las entrevistas, haber buscado más variedad entre ellas, más movimiento… Por otro lado, me gustan mucho los momentos musicales, o los más corales, en los que entre todas explican una historia, aportan una variedad y un ritmo que se agradece.
Giro tras giro, con cada personaje nuevo que aparece, la obra consigue seguir sorprendiéndome. Aunque considero que tanto el texto como la propuesta escénica se podrían haber exprimido más para acabar de apostar a fondo por lo surrealista de la propuesta, la obra me parece una divertida representación de la particularidad de la vida.
Julieta Laxalt